5.11.2016

LOS SUPERMANES JURÍDICOS DE LA RD.

Existen tres o cuatros abogados (en realidad son más y no todos son abogados propiamente dicho) que se especializan en emitir opiniones técnicas inconsultas y que las mismas sean tomadas, en el acto, por verdades absolutas.

Pretenden ser la última línea de defensa (teórica) del gobierno y sus intereses. Los vengadores de la certeza. Siempre introducen sus pensares y posiciones dizque al margen de los debates coyunturales pero son fijaciones de sobrado cálculo para distorsionar la discusión misma.

Estos verdugos sociales se hacen pasar como independientes cuando en realidad sus haberes políticos están siendo cuestionados de cualquier forma en los debates que se suscitan en la sociedad de tiempo en tiempo. Son archienemigos de la concisión, la precisión y la propiedad en toda controversia porque lo suyo es la tergiversación de lo puntual. Desvirtuar con estrépito para dar al traste con esa parte específica y central en cuestiones realmente importantes.

Son tomados con regularidad por regios intelectuales jurídicos. Inatacables. Quién osa contrariar sus planteamientos es insolente y acusado burdamente de sedición.

Para constatar el avieso manejo de estos titanes del axioma, tan solo hay que observar como buscan influir en la opinión pública no con ideas que pasen a enriquecer el asunto sino todo lo contrario.

¿Qué hemos obtenido, entonces, de esta camarilla últimamente? Pues una bifurcación de la cuestión electoral.

Por ejemplo, la oposición responsable y diligente nunca habló para descartar y/o sustituir el voto electrónico y aunque en principio lo aceptara y aceptara su implementación no fue sino hasta que se dieron fallas en los simulacros que se comenzó a hablar de compaginar dicha modalidad con el antiguo y conocido sistema manual.

Tampoco se sostuvo que se dejara sin efecto el uso de los escáneres y que tan solo se contara de manera manual; todo sensato abogaba por la utilización de ambas formas en todos los niveles. Lo mejor de lo nuevo con lo mejor de lo viejo. Simple.

Pero lo que se buscaba y estos sofistas contribuyeron grandemente a ello, era que se pensara que la oposición conjunta o no intentaría desestabilizar el sistema electoral y desacreditar al órgano rector de las elecciones, la JCE.

Para coronar ese gran intento desinformador se criticó acremente a los partidos de oposición por adelantarse en los pasos de una exigencia conjunta y legitima ante la JCE para que la misma cumpliera con la ley más allá de todo acuerdo previo y pendiente de perfeccionamiento. Se adujo que dichos partidos carecían de calidad para la exigencia por múltiples razones pero la más ridícula vino a ser la de que no pudieran haberse puesto de acuerdo para confluir unidos en las elecciones venideras. Como si lo anterior tuviese relación con acoplar propuestas políticas disimiles.

Yo me pregunto, concluyendo, si en verdad esta gente supone (y que nosotros lo creamos) que realiza un ejercicio ponderativo cuando realmente lo que hace es una defensa predeterminada y pagada.








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